La roya es un hongo fitoparásito que es exclusivo de los cafetales. Es considerada una de las enfermedades más catastróficas de toda la historia que puede afectar a los cultivos y está dentro de las que más pérdidas ha ocasionado en los últimos 100 años.
Se dice que es una enfermedad destructiva porque provoca la caída prematura de las hojas reduciendo la capacidad de fotosíntesis, lo que debilita a los árboles infectados y en muchas ocasiones el resultado es la muerte de las ramas e incluso de los árboles.
El impacto socioeconómico que puede tener una epidemia de roya en Latinoamérica es incalculable. El Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) señala que el café es uno de los productos principales de comercialización a mercados internacionales, pues Guatemala es un país exportador desde 1859 y desde entonces este cultivo es un importante generador de divisas y empleo.
Síntomas de roya en los cafetales
Los síntomas de la epidemia de roya presentan principalmente decoloración en algunas áreas de la hoja, especialmente en las orillas donde se acumula más agua, posteriormente se observan urediniosporas del hongo (polvillo amarillo o naranja) en la hoja afectada.
Disminuye la producción drásticamente porque el contenido energético de las hojas de los cultivos se ve afectado y esta es responsable de la fotosíntesis, respiración y transpiración. A mayor cantidad de hojas afectadas mayor es el impacto en la producción.
¿Qué medidas preventivas se pueden tomar?
La medida principal y más inmediata es reducir los factores que predisponen al cultivo de cafetales a ala enfermedad. Esto se logra regulando la sombra, controlando las malezas, manejando el tejido productivo de forma correcta, densidades de siembra adecuada y fertilizaciones regulares.
El uso de productos tolerantes a la roya como la variedad Catimor constituye una alternativa que combinada con otros métodos de control pueden reducir los efectos de este hongo. Además, la rudeza de la roya puede reducirse si se utilizan fungicidas preventivos como el grupo de químicos pertenecientes a los triazoles. Es recomendable que el programa de aspersiones inicia antes de las lluvias en la zona (en abril).
Los controles se deben realizar de tal forma que no se permita que el patógeno supere un índice de 10% de infección. Para que los fungicidas preventivos tengan mayores efectos positivos se sugieren tres aspersiones con frecuencia de 30 días entre cada una.
Es importante considerar que la fertilización esté adaptada a los requerimientos de la planta, pues los nutrientes apoyan al crecimiento y producción. Manejar la fertilización de forma adecuada puede mejorar la resistencia del café a enfermedades. Es fundamental realizar análisis de suelo, análisis foliar y añadir materia orgánica desde la siembra para mejorar las condiciones biológicas, físicas y químicas del suelo.